Unos buenos hábitos de vida, vinculados a medidas higiénicas, son el primer paso para prevenir el mal olor en los pies que desencadena la sudoración. Al mismo tiempo, te contamos algunas medidas para ofrecer a tus pies el cuidado diario que se merecen y algunos consejos en la elección de un calzado adecuado.
Te has parado a pensar alguna vez que soportar nuestro peso durante todo el día, en unas condiciones de ahogo, presión y humedad, ¿es una tarea difícil y poco agradecida? Tus pies merecen un buen cuidado, de ellos depende que puedas caminar y ejercer toda tu actividad diaria con normalidad.
Te damos algunos consejos para cuidar tus pies y tratarlos con cariño, y así ayudar a prevenir molestias, lesiones, infecciones superficiales –como pie de atleta– u otras complicaciones. Lo has oído mil veces: debes cuidar los pies, ya que ellos aguantan todo el cuerpo. Son la vía de entrada de muchos patógenos externos y, aunque te parezca que son todoterreno, tus pies están expuestos a gérmenes, hongos y suciedad, y por tanto a las infecciones fúngicas. En los pies hay cerca de medio millón de glándulas que producen hasta la cantidad equivalente a una taza de sudor al día. El sudor es la manera en la que el cuerpo regula la temperatura y, teniendo en cuenta que el pie suele estar encerrado en un zapato gran parte del día y que, además soporta un gran peso y actividad, es importante que pueda transpirar bien. Te ayudamos con estos consejos de calzado para el mal olor de pies.
Medidas higiénicas y hábitos de vida
Hay una serie de medidas de carácter general que deben ser recomendadas a cualquier persona que tenga problemas de sudoración:
- Debe utilizarse ropa que facilite la transpiración (hay que evitar el nylon y otras fibras sintéticas). El algodón es el tejido más recomendable para estos casos. La ropa no debe ir ajustada sobre la piel, sino que debe facilitar una aireación adecuada.
- Es importante mantener una higiene frecuente, pero no agresiva, de la piel. Esto es especialmente importante en las zonas más sensibles y frecuentemente implicadas en la sudoración (pies, manos, área genital, axilas, etc.). No deben emplearse jabones o geles de baño irritantes (son preferibles los de pH neutro o levemente ácidos) e incluso el lavado debería realizarse exclusivamente con agua tibia, la mayoría de las ocasiones.
- Evitar en lo posible estímulos que suelen desencadenar las reacciones de hipersudoración.
La higiene de los pies
Puede que, con las prisas, tus duchas sean rápidas y no te detengas a lavar determinadas partes del cuerpo, como los pies. Te recordamos que no es necesario aplicar una gran cantidad de jabón en los pies y es preferible no usar la misma esponja que para todo el cuerpo, ya que, se podrían arrastrar y esparcir restos de piel o de microbios –bacterias, hongos– que pueden estar presentes en esa zona.
Al finalizar la ducha, es importante enfocarse en el secado de los pies. Utiliza una toalla específica para los pies y, si no es posible, deja los pies para el final. Asegúrate de secar bien los dedos y espacios interdigitales, que es donde más fácilmente puede quedar humedad, lo que puede favorecer el crecimiento de hongos en los pies. Recuerda que, además de ser un problema de salud, las bacterias y el sudor, producen mal olor en los pies.
Uñas, dedos, plantas y talones
El aspecto de los pies puede dar una buena idea de su estado de salud. Ten especial cuidado con las uñas y los talones. Unos pies agrietados y resecos tienen maltrecha la barrera protectora de la piel, y eso favorece la entrada de patógenos. Por eso, es importante mantener una buena hidratación y aplicar una pomada o crema de pies adecuada. Además, ten en cuenta que los pies son una de las principales vías de entrada de gérmenes a nuestro cuerpo, por ello, es recomendable evitar andar descalzo, especialmente en espacios comunes y húmedos.
Un calzado adecuado
Además del uso de chanclas con suela de goma en zonas húmedas, el calzado del día a día también es importante para el cuidado de los pies. Puedes encontrar algunos consejos sobre el calzado más adecuado en este enlace. Asimismo, si practicas deporte, el material del calzado y la talla son especialmente importantes.
Pies relajados / Pies reactivados
¿A quién no le gusta un masaje en los pies? Además de ofrecer un alivio al cansancio y la fatiga de tus pies, un masaje también puede ser tonificante. Sin embargo, puede ser que desprendan mal olor. Por ello, te recomendamos utilizar un desodorante para pies como Mexsana® Spray Clásico, que, además de eliminar el exceso de sudor y el mal olor, te aportará una agradable sensación de frescura.